Lesiones meniscales
Los meniscos son dos estructuras en forma de cuña de cartílago especializado que se encuentran en la rodilla entre la tibia y el fémur. Su función principal es absorber y distribuir la carga dentro de la rodilla.
Las lesiones dependen de la edad del paciente. En personas jóvenes usualmente se producen por traumas generalmente rotacionales (“giros”), asociados a practicas deportivas. En pacientes mayores, dado el deterioro con el tiempo de la estructura de los meniscos, un trauma menor puede producir una lesión meniscal.
Los síntomas generalmente son: traquido en la rodilla, limitación para la movilidad e inflamación. El diagnóstico inicialmente es clínico, con un cuidadoso examen de su rodilla y luego con imágenes diagnósticas. La radiografía servirá para evaluar si hay enfermedades como artrosis en la rodilla; la resonancia magnética dará una evaluación mas objetiva de la lesión.
El tratamiento dependerá del tipo de lesión y de la localización, ya que el menisco tiene áreas vasculares (con aporte de sangre) y avasculares (sin aporte de sangre), lo que le da potencial o no a una lesión de cicatrizar. Lesiones pequeñas y en el área vascular del menisco pueden cicatrizar por si solas y el tratamiento se enfocará en reposo, medios anti-inflamatorios y posterior rehabilitación.
En lesiones grandes o ubicadas en el área avascular y las que no mejorar con tratamiento conservador inicial requerirán de una artroscopia. El objetivo será regularizar o reparar la lesión según sea el caso con el fin de retornar a la función de la rodilla a niveles previos a la lesión.










